En la Maison des Auteurs de Angulema tuve la oportunidad de descrubrir un montón de maneras distintas de trabajar… y todas parecían más divertidas que la mía. La mayor parte de los autores dejaban margen a la improvisación en el tablero y eso los mantenía enganchados y felices, eran creativos durante todo el proceso y no sólo al comienzo. Eso es algo que nunca he hecho porque soy cuadriculados, pero me gustaría probarlo. Lo que producen esos autores no es redondo ni perfecto, pero es material vivo, y si no te vas a ganar la vida con esto, al menos debería ser divertido. El lector inteligente intuirá la parte lúdica y si entra al trapo ya será cómplice, tendrá un vínculo especial con ese tebeo.
Lamia hubiera sido imposible con ese método, esa estructura no se puede improvisar. Pero ya está, conseguí amarrar esa historia y ahora quiero jugar más en el tablero aunque eso suponga hacer tebeos menos contundentes en lo formal. Mi prioridad hoy es crecer como autor, mis tebeos no da el suficiente dinero como para plantearme repetir fórmula por miedo a perder mi medio de vida. De alguna manera, el fracaso económico se traduce en libertad creativa.
Rayco Pulido en Escribir con viñetas, pensar en bocadillos, páginas 224 y 225
David Muñoz
Es Pop Ediciones